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- Bieeeen amigo. Soy el sargento Hightower, o lo que es lo mismo, Torrealta. ¿Dime, qué sucedió esa noche?
- ¿Desde el principio?
- Desde el principio, cuéntamelo todo.
- Todo empezó a las 9:10 y 30 segundos, mi reloj interno marcaba esa hora. El día era lluvioso, con una temperatura externa de unos 5 grados, las gotas al caer en la barandilla hacían ese ruido tan característico. Valentín Paneque estaba de pie junto a la ventana, llevaba pantalones de hilo, de esos que quedan mal hasta en la burra del armario; camisa blanca, y fumaba un cigarrillo. La marca la desconozco porque se lo había liado él mismo. A su derecha estaba Marie Anne Dufoux de la Mariettenne, su amiga violonchelista de la orquesta de cámara de Edimburgo. Ella no llevaba pantalones, ni camisa. Bueno, ella no llevaba nada, sólo tocaba el chelo. A unos 3 metros quedaba la chimenea, estaba encendida porque un trozo de madera reventó de la combustión y quemó el escay del sofá. Nadie se inmutó, hasta que el fuego llegó a las cortinas. No se hablaban, y el chelo menos. Las velas del comedor hacían ráfagas, con lo que puedo asegurar que las ventanas dejaban pasar el aire, y así entiendo el frío que hacía, que hasta el perro se fue de casa. De repente, el chelo dejó de sonar, o si había sonado alguna vez lo desconozco, pero cayó al suelo. Marie Anne Dufoux de la Mariettenne dijo: - El patio de mi casa… - . Y Valentín contestó: - Es particular… -. Y ahí es cuando Valentín empezó a bailar y Marie Anne Dufoux a tocar la pandereta. Tuve que apagarme para que no me diera algo. Lo que pasó después ya no está en mi disco duro.
- Bueno, no está mal. Ya veo que sacas provecho de tus 500 GB. Espero que recuerdes esto: La próxima vez que mi hermano baile y su novia toque la pandereta, grábalos porque no me lo quiero perder.
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los sabios hablan cuando tienen algo que decir. los necios hablan por que tienen que decir algo. pero estas en el retrete. ponte comodo